Etapa de más dudas que certezas. Intimamente Patricio Aylwin percibe que el ejercicio del derecho es un marco estrecho para superar la pobreza y la desigualdad que vive el país, pero no sabe cómo mejor encauzar sus inquietudes. Es un periodo de búsqueda de horizontes más amplios. Esto lo lleva a relacionarse con grupos de jóvenes cercanos al mundo socialista quienes, fuertemente influidos por el acontecer nacional e internacional, buscan a través de la reflexión una definición de su compromiso político.

Durante estos años Aylwin mantuvo un estrecho vínculo con el Liceo de Hombres de San Bernardo, siendo Presidente del Centro de Alumnos y Ex Alumnos y liderando como tal una campaña para reunir fondos para construir un nuevo edificio.

En 1942 organizó junto a otros estudiantes universitarios el Comité Universitario Pro Defensa de la Dignidad de Chile, conocido como “Niños Cantores”, que rechazó la interferencia norteamericana en nuestro país.

También diversos quehaceres académicos ocuparon su tiempo. Entre ellos, la secretaría de la Comisión Redactora del Código Orgánico de Tribunales y el ejercicio de ayudantías en las cátedras de Derecho Civil y Derecho Procesal y en el Seminario de Derecho Privado.

En 1943 entregó su Memoria “El Juicio Arbitral”, calificada como “sobresaliente” y hasta ahora referente obligado en materias de arbitraje. En agosto de ese año rindió el examen para optar a la Licenciatura sobre “El Acto Administrativo”, obteniendo la máxima distinción.

En los documentos que Aylwin escribe en este tiempo hay una reiterada interpelación a los jóvenes, entre los que él se cuenta, a ser activos protagonistas del destino de Chile. También critica a los partidos políticos y se define contrario al marxismo, aunque defiende su derecho a expresarse.

Colecciones en esta comunidad